Sí, el guardián que nos ha sido asignado personalmente por el Señor está siempre a nuestro lado y nos acompaña en todo momento. Otra cosa es que nosotros nos tapemos los oídos para no oír sus consejos, que siempre van dirigidos a que obremos el bien y nos escapemos del mal. Acerquémonos más a ese custodio que tiene la tarea de acompañarnos para que caminemos rectamente por entre los peligros de este mundo.
La Iglesia de hoy no necesita ‘cristianos a tiempo parcial’, sino cristianos de una pieza – San Juan Pablo II
En estos tiempos actualmente convulsos, como en otros similares de la historia humana, los cristianos que se entregan por completo a vivir