Desde la humildad y el sometimiento total a la voluntad de Dios, María nos marca el camino que hemos de seguir, si realmente deseamos contribuir a que esta sociedad nuestra sea mejor. Ella llenará nuestras esperanzas, si la hacemos partícipe tanto de nuestras desventuras como de nuestras ilusiones. Alegrémonos por haber sido llamados a ser hijos de la Señora que nunca abandona a quienes acuden a ella.
Quien tenga dos túnicas, de una a quien no tiene ninguna, y quien tiene qué comer haga otro tanto – San Juan Bautista
Vestir al desnudo, dar de comer al hambriento… El Evangelio nos insta permanentemente a amar a Dios y a los hermanos, que