Desde la humildad y el sometimiento total a la voluntad de Dios, María nos marca el camino que hemos de seguir, si realmente deseamos contribuir a que esta sociedad nuestra sea mejor. Ella llenará nuestras esperanzas, si la hacemos partícipe tanto de nuestras desventuras como de nuestras ilusiones. Alegrémonos por haber sido llamados a ser hijos de la Señora que nunca abandona a quienes acuden a ella.
Al único que es necesario siempre tener contento es a Nuestro Señor – Santo Toribio de Mogroviejo
Los halagos de los hombres no deben ser nuestra preocupación nunca. Porque a quien tenemos que complacer es a ti, Señor nuestro.