Si no ponemos amor en lo que hacemos, poco o nulo valor damos a nuestras acciones. Porque lo que realmente tiene sentido es que vaya envuelto con el ropaje del auténtico amor todo lo que hagamos, aunque sea lo más pequeño. La grandeza de las obras no está en su tamaño, sino en el cariño que ponemos al hacerlas buscando de forma sincera el bien de los otros.
El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer, pero no vivir de acuerdo con lo que se cree – San Antonio de Padua
Es más fácil decir a los demás qué tienen que hacer para ser mejores que dar nosotros el paso para intentar ser