Solamente si nos reconocemos pequeños, pecadores y mendigos del perdón de nuestro Padre Dios y del de los hermanos, podremos transitar por la senda de la virtud, que es por donde debemos caminar siempre. Por eso es preciso que no cedamos nunca a las tentaciones que nos impelen a considerarnos fuertes, superiores a los otros y merecedores de alabanza, porque la soberbia nos alejará del Reino.
La caridad es universal, no tiene en cuenta ni raza ni color ni religión – San Camilo de Lelis
Querer practicar la caridad con unas personas que nos caen bien y no con otras, no es de buenos cristianos. Ni siquiera