Cuando se ama como Cristo quiere que amemos a los demás, el corazón siente un deseo permanente de hacer obras buenas. Por eso los creyentes corren presurosos, sin importarles el esfuerzo que ello suponga, a socorrer a quien está necesitado, a ayudar a levantarse a quien se ha caído, a acompañar a quien se siente solo, a alimentar al hambriento y a encontrarse con el señor que está presente en los demás.
Dios sólo sabe ser amor, y sólo sabe ser Padre. Y quien ama no es envidioso, y quien es Padre, lo es totalmente – San Hilario de Poitiers
Que no se nos olvide nunca que Dios es un padre lleno de amor. En Él podemos depositar toda nuestra confianza. Sin