Acción Católica General

Málaga

Mateo 15, 21-28

Facebook
WhatsApp
Twitter
Pinterest

Mateo 15, 21-28

En aquel tiempo, Jesús se retiró a la región de Tiro y Sidón.

Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo». Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando». Él les contestó: «Sólo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel».

Ella se acercó y se postró ante él diciendo:

«Señor, ayúdame». Él le contestó:

«No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».

Pero ella repuso:

«Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos».

Jesús le respondió:

«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas».

En aquel momento quedó curada su hija.

Anteriores

Juan 15, 9-17

Juan 15, 9-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi

Juan 10, 22-30

Juan 10, 22-30

Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el

Juan 10, 1-18

Juan 10, 1-18

En aquel tiempo, dijo Jesús: «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de

Juan 10, 27-30

Juan 10, 27-30

En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy