Lucas, 4, 31-37

Facebook
WhatsApp
Twitter
Pinterest

Sé quién eres: el Santo de Dios

En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba.

Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra estaba llena de autoridad.

Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo y se puso a gritar con fuerte voz:

«¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».

Pero Jesús le increpó diciendo:

«¡Cállate y sal de él!»

Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió sin hacerle daño.

Quedaron todos asombrados y comentaban entre sí:

«¿Qué clase de palabra es esta? Pues da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen».

Y su fama se difundía por todos los lugares de la comarca.

Anteriores

Marcos 12, 35-37

Marcos 12, 35-37

En aquel tiempo, mientras enseñaba en el templo, Jesús preguntó: «¿Cómo dicen los escribas que el Mesías es hijo de David? El

Marcos 12, 28b-34

Marcos 12, 28b-34

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?». Respondió Jesús: «El

Marcos 12,18-27

Marcos 12,18-27

En aquel tiempo, se acercan a Jesús unos saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntan: «Maestro, Moisés nos

Marcos 12, 13-17

Marcos 12, 13-17

En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y y de los herodianos, para cazarlo con una pregunta. Se acercaron y le