Acción Católica General

Málaga

Mateo 26, 36-42

Facebook
WhatsApp
Twitter
Pinterest

Mateo 26, 36-42

Jesús fue con sus discípulos a un huerto, llamado Getsemaní, y le dijo: «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar».

Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a sentir tristeza y angustia.

Entonces les dijo:

«Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo».

Y adelántandose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo: «Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú». Y volvió a los discípulos y los encontró dormidos.

Dijo a Pedro:

«¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil».

De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:

«Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad».

Anteriores

Juan 16, 12-15

Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: – «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por

Mateo 5, 33-37

Mateo 5, 33-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás

Mateo 5, 27-32

Mateo 5, 27-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído el mandamiento “no cometerás adulterio”. Pero yo os digo: Todo el que

Marcos 14, 12a. 22-25

Marcos 14, 12a. 22-25

El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, mientras comían, Jesús tomó pan, y pronunciando la bendición, lo