Mateo 16, 21-27

Facebook
WhatsApp
Twitter
Pinterest

Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo

En aquel tiempo, comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:

«¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte». Jesús se volvió y dijo a Pedro:

«¡Quítate de mi vista, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios».

Entonces dijo a sus discípulos:

«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga.

Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.

¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?

Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.

Anteriores

Juan 7, 1-2. 10. 25-30

Juan 7, 1-2. 10. 25-30

En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la

Juan 5, 31-47

Juan 5, 31-47

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro

Juan 5, 17-30

Juan 5, 17-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo». Por eso los judíos tenían más

Juan 5, 1-3. 5-16

Juan 5, 1-3. 5-16

Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas,